Y entonces te das cuenta de que te has conquistado, te das cuenta de que a pesar de todo el ruido que ensordece has llegado a la meta, y que la meta eres tú.


Te das cuenta que nadie es perfecto y eso es lo que les hace especiales y completos, te das cuenta que detrás de cada sonrisa hay un sufrimiento y por encima de él la valentía y las ganas que gritan a pleno pulmón (como si no hubiera un mañana): ¡yo me pido vida!

Te das cuenta que en ocasiones hay que engañar al egoísmo y pensar más en ti que en los demás porque a veces es el único camino para poder quererte a ti mismo y piensas: “voy a quererme para quererte mucho más” y es ahí cuando el egoísmo se acobarda, cuando le borras la última palabra y aparece el amor, pleno en todos a los sentidos.


Te das cuenta que aquella frase de “los amigos se cuentan con los dedos de una mano” es más cierta que el respirar, que cuando creces hay vacíos que merecen la pena, porque realmente dejan mucho espacio; espacio para sentir, sentirte libre, espacio para cerrar los ojos e inhalar paz. 


Será entonces cuando comprendas que la valentía no está en aquellos que van por el mundo ignorando su sombra para intentar aparentar plenitud sin problemas, porque eso no existe. 

Te das cuenta que la valentía está en aquellos que sufren, en aquellos que tropiezan con la misma piedra una y otra vez pero que después de todo, son capaces de levantarse con más ganas que nunca de comerse el mundo con la sonrisa más grande que haya existido jamás. 

Y justo ahí, es cuando te das cuenta que la fortaleza es tan enorme porque ha conseguido zamparse a la debilidad, la esperanza tan grande porque ha secado las lágrimas y la felicidad tan inmensa porque ha absorbido la tristeza. 


eEn ese momento empiezas a agradecer todas y cada una de las piedras que se han interpuesto en tu camino porque sin ellas no serias la persona tan perfectamente imperfecta que eres ahora, fuerte en tus debilidades y valiente ante tus miedos.


Es entonces cuando te das cuenta de que te has conquistado y que la mejor meta, eres tú.

Es entonces cuando eres libre para poder aspirar al 100% a la felicidad más grande del mundo mundial.

                                                                                                                         

                                                                                                                        Rocío Lorenzo Salvador.

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