Hay veces que nos entra miedo, miedo a fallar de nuevo, a no superar expectativas, a volver a decepcionar,
¿sabes?
Ese miedo es genial, y señal de que sigues vivo, muy vivo, queriendo y preocupándote de la gente que también te cuida a ti.
Es normal, es una consecuencia del amor, es bonito, eres tú, vulnerable y transparente, tú pidiendo un abrazo con melodía sonando a "todo va a estar bien".
Muchas veces (casi a diario) nos exigimos demasiado, vivimos en la cultura de lo quiero todo solucionado YA y además lo quiero PERFECTO, como si eso existiera, como si se tratase de una simple oferta 2x1 del McDonald's.
Nos machacamos y exigimos algo que objetivamente es un imposible, 
Y NO PASA NADA, R E S P I R A. 

P A C I E N C I A ,
Eso nos deberíamos exigir,

no nos damos cuenta que la vida va al ritmo que necesitamos en cada momento, que aunque algunos de ellos se nos hagan demasiado largos, como si estuvieran rellenos de demasiados minutos, son exactamente los necesarios para poder interiorizar lo que hemos venido a aprender.
Los segundos perfectos para saber que el tiempo te regala la perspectiva necesaria para poder responder esos "porqués" que ahora no entiendes, para poder comprender que tenía que pasar, que esos días grises tenían que estar ahí para llegar a brillar como lo haces hoy, para poder apreciar que eres tú, que ha salido el sol un día más y que has llegado a la meta. 

Que vives, con miedo a veces, pero vives en plenitud y amor de corazón, porque ningún guerrero se convierto en ello sin darle tregua a las batallas. 

                                                                                                                         

                                                                                                                        Rocío Lorenzo Salvador.

Comentarios

Publicar un comentario

Me encantaría saber que os va pareciendo este rinconcito personal, así que si os apetece ¡animaros a dejar vuestra opinión!

Entradas populares de este blog